Ayuda

    Pasando tanto tiempo viajando, de un lado para otro nunca ha faltado la ocasión de poder ayudar a ciertas personas desinteresadamente, no supone ningún esfuerzo y la recompensa moral es muchísimo mayor, no olvidaré jamás a aquel señor que andaba por una cuneta en una carretera de montaña en un día muy lluvioso que recogí con el coche para llevarle a unos 10 kilómetros más adelante, se dirigía a comprar medicamentos para su mujer que estaba sin poder levantarse de la cama, me contó que tenía tres hijos que vivían dos en Madrid y uno en León y que ya no iban a verle, tampoco olvidaré a aquella niña pequeña que iba de la mano de su madre y cuando me vió aparecer con el coche por un camino polvoriento se asustó y se tropezó y se calló al suelo, apenas se hizo una pequeña herida en una rodilla pero el parar y curarla con el botiquín que siempre va conmigo fue una satisfacción enorme, tampoco aquella lechuza con un ala rota que se dió contra un poste de alta tensión y fue a parar a un camino en Alcazar de San Juan y que gracias a que llamé a la Guardia Civil pudo ser curada y puesta a salvo.
 
En este último viaje he acercado a un hombrecillo a un pueblo a hacer la compra ya que no tenía coche y su mujer no podía casi andar según me dijo, y se me quedó muy mal cuerpo ya que ví a una cria de halcón en un camino e intenté ayudarlo y no pude hacer nada, avisé a un hombre que andaba por ahí y según me dijo él ya había estado intentando ponerlo de pie pero no se mantenía, avisaría a un guardia en cuanto le viera, espero que lo hayan salvado.



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