Empieza el día señalado, el 27 de Noviembre, me dispongo a correr la carrera de Canillejas, empieza el día, y como si de un ritual estudiado al milímetro se tratase entro en la ducha, me ducho a conciencia y me visto con la ropa que había dejado preparada el día anterior, después de la ducha un buen desayuno, los días que tengo pruebas procuro desayunar algo que me aporte energía y me mantenga con fuerzas durante toda la carrera, también procuro tomarlo una hora y media antes para que en el momento de la salida mi organismo ya lo haya digerido, desayuné leche con avena, unas galletas con mermelada y un zumo de naranja con miel, ya estaba listo, cogí el coche con una compañera perfecta y fuimos a la salida, faltaba media hora para que empezara la carrera y todas las calles aledañas estaban llenas de atletas calentando y estirando para no tener ningún contratiempo en la carrera, otros hacían cola para entrar en los retretes móviles para descargar antes de comenzar la prueba y yo mientras templaba los nervios de cualquier manera, estuve estirando y mandé a mi compañera a la meta, donde me esperaría, me puse los cascos con música movida, que me animara durante la carrera, me posicioné en la salida y me encontré con un compañero del trabajo que me dio ánimos, se dio la salida y los primeros empezaron a un ritmo frenético, nada más torcer la calle en la que estaba situada la meta se podía ver cómo una marea de gente vestida de mil colores diferentes se precipitaba calle abajo, los primeros kilómetros pasaron sin complicaciones, marcaba un ritmo de 5:10 pero cuando llegué al tercer kilómetro ya llevaba 15:40 es decir, el tercer kilómetro, que era el más fácil lo había hecho en 5:20, algo fallaba, subí un poco el ritmo y veía que las piernas respondían, estaba cómodo y poco a poco fui adelantando a algunos corredores, me marqué el ritmo de otros y ví que podía seguir con ellos la que fue sin duda alguna la parte más dura, mucho ánimo nos dio el hecho de cruzarnos los la cabeza de carrera con su frenético ritmo de 3:00 que acabaron marcando, y al llegar al kilómetro 5 alcanzamos el ansiado avituallamiento, allí pude reponer líquidos gracias a una pequeña botella de agua que me dieron, seguí muy concentrado, procurando pisar bien, viendo el suelo, esquivando socabones y empapándome con los aplausos que la gente nos dedicaba, así llegué a último giro para enfilar los últimos dos kilómetros, dias antes pude ver en el perfil de la carrera que el último kilómetro era en cuesta así que no quise forzar mucho, me tomé el último trago que me quedaba de la bebida energética que llevaba y empecé a bracear para acompañar mis zancadas, poco a poco fui pasando a más corredores y a falta de un kilómetro me dí cuenta de que tenía muchas más fuerzas de las que me pensaba, así que corrí a fondo pero con el miedo de encontrarme una cuesta que acabara con mis fuerzas, pero no fue así, la meta llegó mucho antes de lo esperado y pasé por el arco haciendo un registro de 52:56 bajando en varios minutos mi última actuación, siendo esta última un circuito mucho más exigente que la anterior y acabando con muchísima fuerza y no medio desfallecido. Ahora, dos días después, no tengo agujetas ni he tenido molestias en las piernas, seguro que gracias a un pequeño entrenamiento y unos estiramientos eficaces ha sido posible una rápida recuperación, las únicas secuelas que he tenido han sido unas ampollas en los pies y una herida en la parte izquierda de la tripa producidas por el belcro del bolsillo de las mallas ya que no cerraba bien con el móvil. La compañía fue genial y también tuvo su gracia, su primer viaje en metro en solitario fue toda una aventura. Gracias por el apoyo, y en la próxima prometo seguir bajando el tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario