18 años se demoró Juan de Guas en terminar la obra de la catedral de Segovia. Dice la leyenda que la paciencia de Carlos V estaba llegando ya a su límite con el arquitecto, de manera que viendo éste peligrar su prestigio como profesional decidió hacer un pacto con el diablo. Si le ayudaba a terminar la obra en plazo él a cambio le entregaría su alma. El diablo cumplió su parte y la obra avanzó a un ritmo vertiginoso. Los carros transportaban sin descanso los bloques de piedra desde las canteras de Colmenar Viejo hasta la catedral atravesando el Puerto del Reventón.
Viendo el arquitecto que solo faltaba por terminar la segunda de las torres gemelas que coronan la catedral, y sabiendo a salvo su prestigio, decidió romper el pacto con Satanás. Según la leyenda, al enterarse el diablo de la traición convirtió en piedra el último de los carros que remontaba el puerto, dando origen al enorme monolito de piedra conocido como "El Carro del Diablo", y siendo este el motivo de que una de las torres de la catedral sea más baja que la otra.
Hay que reconocer que como historia no resulta ni muy creíble ni muy original, pero como excusa viene de perlas para recorrer en bici el Valle del Lozoya y acercarnos hasta el puerto, a los pies del famoso Carro del Diablo nos espera una interesante y rápida trialera que nos llevará de nuevo hasta el fondo del valle. Si no te terminas de creer lo del carro, al menos la bajada no te dejará indiferente.
Viendo el arquitecto que solo faltaba por terminar la segunda de las torres gemelas que coronan la catedral, y sabiendo a salvo su prestigio, decidió romper el pacto con Satanás. Según la leyenda, al enterarse el diablo de la traición convirtió en piedra el último de los carros que remontaba el puerto, dando origen al enorme monolito de piedra conocido como "El Carro del Diablo", y siendo este el motivo de que una de las torres de la catedral sea más baja que la otra.
Hay que reconocer que como historia no resulta ni muy creíble ni muy original, pero como excusa viene de perlas para recorrer en bici el Valle del Lozoya y acercarnos hasta el puerto, a los pies del famoso Carro del Diablo nos espera una interesante y rápida trialera que nos llevará de nuevo hasta el fondo del valle. Si no te terminas de creer lo del carro, al menos la bajada no te dejará indiferente.
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